La vida en el pueblo

Página principal

 

Oficios

 

La forma de vida de las gentes de la comarca era básicamente la agricultura, pero había otros muchos oficios y ocupaciones, algunos de los cuales, en la actualidad prácticamente desaparecidos, citaré aquí.
Serradores.- Eran personas que hacían tablas y tablones con sierras manuales. Para ello se necesitaban por lo menos dos personas. Limpio el tronco de ramas y cortezas, se marcaba con un cordón impregnado en un tinte hecho con corteza verde de carballo (roble). Se fijaba el cordón por los extremos y por el medio se alzaba y soltaba de golpe, de forma que fuese "salpicando" una línea. La operación se repetía por el lado opuesto del tronco. Este se alzaba sobre o burro (trípode) en un extremo" y dos estacas en el otro. Se sujetaba con una cuerda al trípode, y con una sierra de abrazadera o portuguesa se serraba siguiendo las marcas, situándose una persona sobre el tronco y otra de rodillas desde abajo. Al final de cada tabla se dejaban unos dos centímetros sin serrar, para poder trabajar sobre el tronco hasta la última tabla. El grueso de las tablas no era muy exacto, pero si los serradores eran expertos, las diferencias se hacían mínimas.
Zarralleiro.- Zarralleiro, paragüeiro ou afiador, que solía ser la misma persona, pasaba por los pueblos con la rueda de afilar. Procedían normalmente de Ourense, y hacían un circuito que en muchos casos tardaban más de un año retornar a su ciudad de origen. Avisando de su presencia con su silbato tan característico, se dedicaban a afilar tijeras, algún cuchillo (el que más y el que menos tenía donde afilar), y las navajas de la barba; arreglaba las ollas y demás piezas de cocina, poniendo remaches, fondos y asas; y también arreglaba los paraguas. Recuerdo a uno que se llamaba Néstor. Vestía con traje de pana, chaleco, reloj de oro con cadena al chaleco y por último, y como más llamativo, tenía toda la dentadura de oro. En resumen, que parecía un virrey peruano o un general retirado, mientras que el resto de sus compañeros vestían de pordioseros. La verdad es que este hombre a parte de zarralleiro, se dedicaba a la compra de monedas de oro y plata.
Cesteiro.- Por Fornelos venía un pobre hombre, que era de San Campio, de cerca de Noia. Traía un atado de vergas (ramas delgadas) y con ellas remendaba todo tipo de cestas. Por una taza de caldo y dos pasetas" (decía) arreglaba cestas toda una tarde. Si estaba mi padre presente lo más seguro es que le diera la taza de caldo y lo mandara marchar, pues mi padre no podía ver cómo (de mal) hacía el otro el trabajo. Prefería hacerlo él. Para su desgracia además, los cesteiros, y también los zarralleiros, no estaban muy bien vistos, ya que había un dicho que decía "cesteiro na porta, auga segura" y como en Galicia eran más los días que llovía que los que había falta de agua, el hombre no era precisamente bien recibido.
Vendedor de panos.- En Baio paraba uno que era de O Grove y se llamaba Cesáreo. Tenía contratadas a dos mujeres como sherpas, que llevaban en la cabeza sendos atados de géneros (colchas, cortes de paño para hacer trajes, sábanas, etc.) No sé lo que podía pesar cada atado, pero desde luego más de cincuenta kilos. Y él siempre por delante, bien portado y con el correspondiente bastón. Total que, cuando pasaban por los senderos, la diferencia con las películas de safaris africanos era que él no tenía el clásico sombrero de explorador y ellas, aunque "iban negras", no lo eran. Por cierto, cada vez que veo una película de mi artista cómico preferido, Cantinflas, siempre me acuerdo de la cara de una de ellas, ... y no por cómica precisamente.
Zapateiro de portal.- Ramón Castro, marido de la tía Pepa, hermana de mi abuelo materno, era zapatero ambulante. Natural de Noia (de donde eran casi todos) andaba por las puertas con un cajón con las herramientas y accesorios necesarios para hacer y arreglar calzado. Ignoro si después de casarse continuó con el oficio.
Xastre.- Más corrientes eran as costureiras (modistas). El abuelo materno de Blandina, José Ponte Loureyro, era sastre, e iba por las casas con la máquina de coser portátil, a hacer y reparar trajes. En este caso iba sobre aviso y tenía clientes arrendados por un porcentaje de trigo anual, trabajase mucho o poco. Cosa parecida, por lo que se refiere a arrendar servicios, ocurría en casa con el médico, donde se le pagaba una renta anual, en trigo, independientemente de las enfermedades que se produjesen durante el año.
Roupa de xuncos.- Había personas que en sus ratos libres hacían prendas de abrigo con juncos. Una vez cortados, éstos eran puestos a secar; luego se machacaban para que soltaran la parte interior y con las hebras se hacían las prendas. Yo usé polainas hechas de juncos, y vi capas hechas del mismo material, con su correspondiente capucha, como las que hoy se lucen en los bailes folklóricos.
En Fornelos, a pesar de ser un pueblo de agricultores y su principal riqueza los pinos, recuerdo que en casi todas las casas había otra ocupación, especialmente por parte de los hombres. Otra importante fuente de ingresos era la gran cantidad de gente que emigraba a las Américas. Relaciono seguidamente el nombre de las casas y de los oficios o pequeños negocios de sus habitantes, entre los años 1950 y 1993. Hoy en día, y a pesar de vivir mucho mejor, prácticamente sólo quedan labradores y emigrantes.
 

Chaparra.- Labradora

 

Cancelo.- Dos canteros.

 

García. - Dos canteros.

 

Vasques.- Cinco canteros, un autobús de viajeros (hoy taxista), un fraguante (persona dedicada a la compra de árboles).

 

Liedoro.- Un carpintero. Hoy "Cristalería Fornelos". Matías o Rivera.- Un carpintero.

 

Carmen Monterroso. - Jornaleros.

 

Insua.- Un vaqueiro (tratante de ganado vacuno) y dos fiadoras (hilanderas).

 

Vidala.- Un carpintero, una tecelá (tejedora), un cantero, dos fiadoras, una de estas a veces "palillaba" (hacía encajes).

 

Vidalo.- Cuatro canteros y una fiadora.

 

Manolo do Cormellán.- (casa de Romar, donde nacimos dos generaciones).- Hoy una jornalera y un empleado de aserradero.

 

Maroto.- Un cantero. En esta casa según fueron siendo mayores de edad emigraron todos los hermanos menos uno, (creo que eran nueve).

 

Corredoira.- Panadería. Hoy carpintería de aluminio.

 

Anido.- Granja de gallinas.

 

Paisa.- Un cantero.

 

Redondo. - Un aserradero de maderas.

 

Alonso o Casimira. - Un gatteiro y una palilleira.

 

Preciosa. - Palilleira.

 

Severino de Moroso. - Empleado del aserradero. (Hoy, Teresa de García.- Jornalera).

 

Ramón de Anido.- Sólo labradores.

 

Ramón do Xalleiro. - Labrador. Hoy chapa y pintura.

 

Hilaria.- Sólo labradores.

 

Trabeira.- Un carpintero y un cantero. Hoy granjero (terneros, vacas, cerdos).

 

Eiroa. - Maestro cantero y dos herreros.

 

Encarnación. - Un zapatero y una modista.

 

Manolo de Teresa. - Vendedor de vinos y derivados.

 

Dos Campos.- Un cantero. Hoy dos escayolistas.

 

Rial.- Maestro cantero.

 

Campeira.- Sólo labradores.

 

Xaquín.- Tabernero.

 

Casanova.- Hacía de practicante y fraguante.

 

José do Bao. -Carreteiro (transporte en carros tirados por bueyes).

 

Tía Lisa o Elisa de Castro.- Vivía de las rentas.

 

Cormellán.- Tabernero.

 

Cotelo. - Un cantero.

 

Carmela de Vidal.- Serrador, hacía tablas con sierra de aire o sierra portuguesa.

 

Ramón do Bao.- Maestro cantero.

 

Bastián. - Cantero.

 

Moreira. - Ferreiro (herrero).

 

José de Insua.- Un carreteiro, un carpintero y un albañil.

 

José María Romar.- Relojero. Hoy bar y ultramarinos.

 

José de Romar.- Un carpintero y un zapatero.

 

Maestra. - Maestra de escuela y bordadora.

 

Ferreiro.- Ferreiro.

 

Niquinoque.- Aserradero y molino de harina.

 

Coxo.- Un carpintero y besteiro (tratante de ganado caballar).

 

Luis.- Empleado.

 

Dosinda de Anido.- Carpintería de ataúdes.

 

Perfecto de Anido. - Cantero.

 

Xastre. - Sastre.

 

Manolo de Anido. - Escayolista.

 

Carmen de Ferreiro.- Emigrante.

 

Das Pias.- Dos acordeonistas y un batería.

 

Xacobe.- Un zapatero.

 

Francisco de Romar. - Una modista y una tienda de géneros. Recuerdo a mi madre "fiar", aunque muy poco.

 

Moncho de Dego. - Emigrante.

 

Trina de Romar.- Carpintero.

 

Pastoriza.- Panadero.

 

Ambrosio.- Vaqueiro.

 

Gabín. - Empleado de aserradero y peluquero.

 

José da Trabeira.- Un cantero. Hoy, hija de Gabín.

 

Teresa de Rial. - Tienda de géneros.


Sólo he citado dos empleados de los dos aserraderos ya que en muchos casos o eran familiares, o los puestos de trabajo no eran fijos.
De épocas anteriores, también hay algunos datos sobre los oficios de los vecinos de Fornelos. Así sabemos que en 1655, Domingo de Lema era labrador y sastre. En 1722, Mathias do Anido era - maestro cantero. Según el catastro de 1753, Mauricio Pérez es labrador y herrero; Martín Suárez es labrador y tejedor; y Andrés da Castiñeira es labrador, estanquillero de tabaco y tejedor. También posiblemente fuese vecino de Fornelos José de Lema "mercader de vinos al por menor". Pedro Suárez, labrador, casado con Margarita de Lema y Prado, tenía a mediados del siglo XVIII una escuela para aprender a leer. A principios del siglo XIX, Francisco Pose, miliciano y barbero, habitaba la casa "da Paisa", cuyo nombre posiblemente sea debido a estar de miliciano en Africa. Años mas tarde, su nieto, Francisco Pose, casado con Andrea Romar Leis, y padre natural de mi abuelo, es menciñeiro y albeite. En 1880, mi abuelo Ramón López de los Reyes era cantero, oficio que también tenía su sobrino, José María López, en 1892. José-Francisco de Lema y Prado y Francisco-Antonio López Sánchez, los cuales coincidieron ejerciendo de presbíteros en la parroquia de Baio a principios del siglo XIX, eran naturales de Fornelos, y ambos descendientes de mis ancestros.
También debió vivir en Fornelos el escultor y retablista Agustín Martínez Ribera, natural de Troitosende en el Valle de la Barcala, el cual, según Xosé María Lema en "A arte relixiosa na terra de Soneira", hizo muchos trabajos para las iglesias de la comarca. Según un documento redactado en el Campo de la feria de Baio, el 15 de agosto del año 1802, Agustín vende su casa (esta era la casa Peqúena, en la que nosotros guardábamos el ganado) para ir a vivir a Baio, a la casa que hoy pertenece a la familia Outeda, y en la que vivía hasta hace poco tiempo José Andújar Romar, descendiente como yo de Martín de Romar del lugar de Mosquetín.