Procesión das Xás o Procesión das Xans
Procesión
semejante a La Santa Compaña pero con la diferencia de que no
son fantasmas de muertos los que van en ella, sino fantasmas de
vivos.
Marchan en dos hileras y llevan un ataúd, cuanto más cerca del
ataúd van los miembros, más inminente es su muerte. Los que van
más lejos pueden tardar hasta tres o cuatro años. El que se
encuentra con esta procesión, sólo la ve, pero no la siente. El
encuentro se da casi siempre en los cruces de los caminos, donde
es costumbre detenerse con los difuntos para que los curas echen
responsos.
Si el que la encuentra es un amigo de los que van en la
procesión, lo único que le hacen es llevarlo por el aire a otra
parte; si es enemigo, le dan una gran paliza y lo arrastran por
las zarzas.
Como en el caso de La Santa Compaña, son pocas las personas que
ven la procesión das Xás y las condiciones que necesita poseer
son las mismas: que el padrino de quien la ve rezase mal el
credo cuando lo bautizaron, o bien que el cura cambiase los
santos óleos confundiendo los de la extrema unción con los del
bautismo. Tal error se puede remediar bautizándose de nuevo.